Cuando Dios, la Presencia “YO SOY” Universal, creó
al hombre a Su Propia Imagen y Semejanza, Él también
dio al hombre el uso del libre albedrío y la habilidad para
invocar tanto o tan poca energía Divina como deseara. La
experimentación resultante con el uso de ésta energía y
su moldeo en formas de limitación ha originado la actual
crisis planetaria, además de las aflicciones individuales que
plagan a la gente de la Tierra y al Reino de la Naturaleza. Sin
embargo, cuando la Fuente Divina y Sus Mensajeros vieron
que la humanidad iba a adoptar la prerrogativa dada por Dios del libre albedrío para crear imperfección, la actividad de transmutación fue comenzada en los Niveles Internos y
preparada para el uso de aquellos que, muy definitivamente,
requerirían su asistencia cuando ellos “hubieran terminado”
con sus experimentaciones y estuvieran inconfortables lo
suficiente como para enviar hacia arriba el grito de “Oh,
Dios ten misericordia de nosotros!”
El Morya