El Foco resplandeciente del Templo de la Resurrección
irradia Su poder resucitador desde el Reino Etérico sobre
la Tierra Santa, en donde el Amado Maestro Jesús vivió
y probó el poder de la resurrección en el comienzo de la
Dispensación Cristiana.
Este Templo está creado de sustancia que se asemeja
al “Madre-Perla”. El propósito de este Foco es continuar ver-
tiendo hacia dentro de las conciencias emocional, mental,
etérica y física de todas las evoluciones pertenecientes al
planeta Tierra, la realidad del poder real de la resurrección
que yace dentro de la vida misma.
Resucitar significa ‘traer de nuevo a la vida’ eso que
está aparentemente muerto.
La humanidad, por lo general, ha aceptado la resurrección de Jesús como un ‘milagro’ únicamente posible
por El y no han dispuesto ellos mismos del uso de la Llama
de la Resurrección para restaurar sus propios vehículos a
la perfección; más bien sometiéndose a la enfermedad, des-
integración, descomposición y finalmente a la tan-llamada
“muerte”.
Los individuos sinceramente deseando superar la en-
fermedad, la vejez, la desintegración y descomposición son
atraídos en conciencia hacia el Templo de la Resurrección
mientras sus cuerpos físicos duermen, mediante el poder
magnético de su propio deseo para lograr eso que Jesús lo-
gró. Este Templo es particularmente hermoso, porque Es el
foco de los Directores de las Fuerzas de la Naturaleza, y los
preciosos Elementales representando a los Cuatro Reinos –
Fuego, Aire, Agua y Tierra – actúan en la atmósfera y aura
de este Templo todo el tiempo. La Radiación del Templo de
la Resurrección es como un glorioso arcoíris de colores y la
visitación a Este por Aquellos Seres Divinos, interesados en
el desarrollo de la capacidad para resucitar el Plan Divino
sobre esta Tierra incrementa Su gran belleza y Luz.
El Templo de la Resurrección es circular en diseño.
Está compuesto de siete corredores circulares alrededor del
altar central en donde se eleva la Llama de la Resurrección.
A medida que esta Llama de la Resurrección irradia Su po-
der vigoroso, elevador, dador de vida, resucitador a través
de los siete corredores, hermosos Seres en cada uno de
estos amplifican Su poder y lo dirijen a toda vida sobre el
Rayo particular al que sirven. Los visitantes al Templo de
la Resurrección entran al corredor donde la radiación de Su
Llama tiene una afinidad con su expresión de la Divinidad
propia y potencial. Aquí ellos son cargados con la esperanza
renovada y la vitalidad espiritual, y conscientemente son
informados de la verdad de la “vida eterna”.
Como todos los talentos y virtudes, puede haber una
inversión del uso del poder de la resurrección. El hombre lo
usa a menudo resucitando memorias de una naturaleza des-
agradable y experiencias pasadas desde hace mucho tiempo,
que deberían ser completamente olvidadas y perdonadas;
causando de ese modo aflicción a él mismo y a los demás.
En el Templo de la Resurrección, al hombre se le enseña a
usar el poder de la Resurrección sólo para traer a la vida
el Plan Divino para él mismo y para aquellos a quienes es
privilegiado de influenciar.
¡Entren al Templo de la Resurrección al menos una vez
cada veinticuatro horas; bañense en Su Llama; práctiquen el
uso del poder de la resurrección que está dentro de su propia
vida para restaurarles a la perfección del Ser que ustedes
conocieron con el Padre antes de que el mundo fuera! Esta es
la invitación de la Hueste Ascendida a la humanidad durante
esta Epoca de Semana Santa Sagrada. ¡Aceptenla! ¡Usenla!
Sientan el poder resucitador de la Divinidad (actualmente
inactivo dentro de ustedes) estimularse a la acción y luego
permítanle fluir a través de todos sus vehículos internos,
de su cuerpo físico, de su aura y hacia el mundo en el cual
moran actualmente. De ese modo se convierten en un Templo
de la Resurrección en sí mismos.
El Templo de la Resurrección
El Puente, abril 1957 – Extractos
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