“Benditos buscadores de la Paz. Como se ha dicho a menudo, la maestría es
la habilidad de controlar una situación sin palabras y sin ninguna acción externa
aparente. Un Maestro puede sostener la Paz dentro de una habitación, o una nación,
mediante la mera exhalación de la Paz Cósmica atraída y focalizada a través de
Su propio corazón.
En el Silencio está el poder generado, y en el Silencio está la lección
aprendida desde el Corazón de la Verdad. El Silencio es el Camino de la Paz. En el
Silencio alguien no puede incitar a otro a enojarse ni a bajar impedimentos
innecesarios para su propio progreso. En el Silencio alguien no establece las causas
que reverberan como efectos destructivos más adelante en el camino..
Para el individuo que escoja entrar al Gran, Gran Silencio, sugeriría una
simple formula mediante la cual pueda ser un mentor silente sobre su propia
corriente de vida:
1. Permítase que él piense en el Gran Silencio como su Reino del Cielo; la
habitación de los Dioses y los Ángeles; la expresión más elevada de Belleza, Cultura,
Amor y Luz que su mente y corazón pueda concebir.
2. Permítase que él piense que para morar en tal reino debe adecuarse a sí
mismo para que no profane el Silencio mediante ninguna acción vibratoria que
estuviera contraviniendo tal glorioso Reino.
3. Permítase que sus palabras sean siempre cuidadosamente escogidas para
que ellas sean dignas de entrar a tal Reino.
4. Permítase que él aprenda que cada acción creará una vibración afectando
al Reino entero; que cada pensamiento y sentimiento suyo está, de igual manera,
aumentando su Belleza o destruyendo su Armonía.
5. Será visto, entonces, que si él vive cada minuto impregnado de la
conciencia de que únicamente la radiación armoniosa es la entrada a ese Reino, él
finalmente alcanzará el punto donde su propia acción vibratoria lo adecuará para
morar con la Vida que ya ha aprendido, y se habrá convertido, en la Ley del Amor.
Es importante recordar que las vibraciones mentales no pueden gobernar la
acción vibratoria de los cuerpos internos eternamente. La voluntad humana puede
silenciar la lengua, pero no los sentimientos rebeldes del hombre interno, no
obstante mediante la Gracia de Dios, y la Luz de Dios cambiando los cuerpos
internos, el hombre externo, de necesidad, expresará esa Armonía.
Y así, benditos amigos, durante un hora, durante un día, una semana, un
mes, un año, práctiquen generando el sentimiento de Paz y Poder Maestro Ascendido
en el Silencio y con Amor.”
Maha Chohan