La gente encarnada sobre el plano terrenal tiene el privilegio y la oportunidad de elevar la acción vibratoria de sus cuerpos internos hasta el punto en el cual las ondas de luz que emanan constantemente desde los cuerpos inferiores se convierten en una invitación natural para estas corrientes cósmicas y cuando aparece alguien así, la Hueste del Cielo en pleno utiliza este conductor, y sobre las ondas de luz que representan el aura de dicha corriente de vida, fluyen tantas virtudes, dones y poder de los Maestros Ascendidos, como el Rayo del individuo pueda aguantar.
Amado Aeolus
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