Debido a que los de la humanidad, por lo general, están misericordiosamente protegidos de saber lo que ellos han hecho con la hermosa energía de Dios y con sus propios cuerpos emocional, mental, etérico y físico originalmente hermosos, ellos no conocen el hecho de que la causa de su aflicción (sea limitación, inarmonía, enfermedad o aún la tan-llamada “muerte”) yace dentro de su propio pasado
y uso presente de esta energía Divina. Cuando los de la humanidad son despertados a la realidad de que la Ley del Círculo (causa y su efecto final) es inexorable, ellos
comienzan a querer “hacer las cosas bien”. Entonces todos Nosotros estamos dispuestos a ayudarles. Esta ayuda viene a través de la liberación desde Nosotros de las energías de purificación ya calificadas, acumuladas durante todas la eras (antes de y después de Nuestra Ascensión) hacia dentro de
aquellos pidiendo perdón por los pecados – conocidos y no
conocidos. Este siempre es un momento bendito y feliz para
Nosotros – cuando la Ley Cósmica Nos permite (al llamado
individual a través del uso de su libre albedrío) dirigir el
Fuego Violeta a través de su mundo para realizar el milagro
de la sublimación (purificación) de las energías calificadas
discordantemente, removiendo la causa de la aflicción, y
generalmente elevando al Ser a su Estado Divino.
Pablo, El Veneciano