¡La misericordia fue buena para Mí! A medida que continuaba con Mi sendero de auto-rectitud de aniquilar lo que consideraba fanatismo (y con deber destruyendo aún la vida) la misericordia fue buena para bloquear Mi camino.
La Misericordia fue buena para abrir Mi conciencia y Mi visión al Cristo viviente, respirante en ese Camino a Damasco.
¿Piensan ustedes quiénes son llamados a cambiar su naturaleza que No sé lo que eso significa? ¡Un hombre orgulloso con túnicas sedosas, cabalgando en un estado,
lleno de la rectitud auto-consciente – luego repentinamente humilde con el polvo delante de la Presencia de un Ser Quien había vivido en Mi tierra en Mi tiempo y a Quien no
había conocido! ¿Piensan ustedes que cambiar ese rumbo de una vida era fácil?
¡Después de esa magnifícente Visitación – bien, nadie
sino Yo mismo podría saber jamás lo que sufrí! Finalmente, fui llevado a la comunidad de la Amada María y allí pase algunos años tormentosos.
¡Primero estaba lleno de
remordimiento y luego el resentimiento matizado con orgullo
– pensar que estos hombres y mujeres de nacimiento
humilde con manos deterioradas podían hablar muy fácil y
libremente de los días y noches que pasaron con la Presencia
del Maestro Jesús; pensar que Yo Quien podía recitar
las Escrituras Sagradas de corazón tenía que escucharles
a ellos y escuchar de segunda mano la historia del Mesías!
Fue María, la Santa Madre, Quien salvó Mi cordura en esa
época, mediante esa Gracia de la cual Su Hijo ha hablado
tan a menudo. Fue María Quien Me enseñó el sendero del
Amor Divino. Fue María Quien Me enseñó eso que he escrito;
eso que encontrarán en Mis cartas en el texto Bíblico.
Escribí que la más grande de todas las cosas es el Amor
porque supe que era así – habiendo tenido lo menos de ésto
entre toda esa congregación. Fue la Santa Madre Quien Me
dio esa conciencia de Amor Divino lo que Me capacitó para
salir afuera y ser un misionario en sentimientos así como
de hecho.
¡Ustedes quienes están recibiendo esta instrucción
ahora son favorecidos por encima de todos los hombres,
-porque viven en la hora de su Maestro! No necesitan mirar
atrás y decir: “Si hubiera estado allí…” Ustedes están aquí
ahora, haciendo estos decretos, algunas veces a pesar de las
contradicciones de la razón. ¡Al menos, lo que han hecho
ha sido dentro de la Hora Cósmica y no demasiado tarde!
El remordimiento es uno de los más grandes infiernos de
la experiencia y Yo estoy agradecido de que no tendrán
que conocerlo. Es para ahorrar a la humanidad tal remordimiento
que venimos a los escépticos, a los agnósticos y a
aquellos que han sido desilusionados en el pasado. Tratamos
de traer fe, coraje y confianza a ellos donde quiera que sea
posible hacerlo así, para que cuando la humanidad entre a
los Salones del Karma, y mire hacia atrás sobre la vida que
han vivido, ellos no tengan que decir: ¡“Pudo haber sido”!
¡Perseveren, perseveren amados seres! ¡Como Uno
Quien sabe, puedo decirles a ustedes – perseveren con amor
y llevarán puesta la Corona de la Victoria y la Vestidura
Blanca! Gracias.
El Amado Hilarión