El Rayo y Llama Violeta son tremendos ímpetus de Poder Divino.
Quizás recordarán que el Amado Sanat Kumara fue el propio primer
Chohan del Rayo Violeta para esta Tierra, y nuestra Amada Kwan Yin
(Diosa de la Misericordia) fue Una de Sus Chohan también. El Amado Saint
Germain, mucho antes de Su Ascensión en 1684, – conociendo las condiciones sobre este planeta, y dándose cuenta de la tremenda
necesidad por la purificación de las energías del planeta y Sus evoluciones
se ofreció voluntariamente para tener ese Rayo Violeta realmente injertado
dentro de Su Propio Corazón. Así que El entró a la encarnación siglo tras
siglo como el centro radiante concentrado más poderoso de ese Rayo y
Llama Violeta hasta que los propios lugares donde El vivió y a todas partes
que se movió, el aroma de las violetas era claramente discernible y Rayos
de energía de Fuego Violeta eran impulsados hacia dentro de la sustancia
real de la Tierra. Puedo decirles que, cuando la humanidad haya cesado
de alimentar sus diversas diferencias, individual, nacional e internacional;
el hombre encontrará que en cada lugar donde «El Hombre
Maravilla» caminó, existen depósitos de la joya amatista… Un
día estas serán encontradas por aquellos encarnados aquí y utilizadas
como talismanes de las Virtudes de Liberación, – y serán llevadas desde
donde ellas sean encontradas a lugares por todo el mundo.
En cada lugar donde el Amado Saint Germain ha
caminado, existen depósitos de la magnificente amatista… depósitos
Divinos creados por Su invocación del Rayo Violeta y Su devoción
constante y absoluta hacia Este. Donde quiera que las joyas del Rayo
Violeta han aparecido en actividades comerciales, algún miembro de la
Orden de Zadquiel tuvo un Templo en ese lugar en un momento u otro, y
hubo utilizado la acción vibratoria del Séptimo Rayo allí. Así que la gente
quien lleva puesta la joya Amatista sobre su persona están realmente
usando la energía condensada de la fuerza de la oración, invocación,
poder y magnetización de los Sacerdotes y Sacerdotisas de la Orden de
Zadquiel. Cada individuo quien se ha beneficiado personalmente de la
venta comercial de esta esencia de vida (la amatista), debe a la Orden de
Zadquiel cierto balance en servicio a la vida por la ganancia que hayan
creado del uso de las energías de los Hermanos y Hermanas del Rayo
Violeta — condensada en la forma de esta joya.”
Zadquiel, El Arcángel
¿Qué son el Rayo y la llama Violeta
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