En el Cercano Oriente, brillando en los éteres pulsantes sobre la Tierra Santa, se encuentra ubicado el Templo
de la Resurrección, cuya Llama Inmortal de la Restauración y Resurrección está guardada y protegida por los Maestros Ascendidos, Jesús y Su Madre, María.
La Llama de la Resurrección es la Esperanza de la Redención de la raza humana entera, mediante la cual la sustancia contaminada, distorsionada y en desintegración que ha sido generada por el pensamiento y sentimiento
humano e impuesta sobre la Energía pura de Dios, puede
purificarse, transmutarse y ser restaurada a su estado natural,
la Naturaleza perfecta de Dios.
La Acción de la Llama de la Resurrección es la de
acelerar la acción vibratoria de la Luz de la Vida dentro de
las células del cuerpo, haciendo capaz a la Luz Interna quitar
la apariencia de la limitación y dar a conocer “la Gloria que
tuvo con el Padre antes de que el mundo fuera”. La Sustancia
de la Llama de la Resurrección fluye a través de los cuerpos
internos de aquellos quienes la invitan, así como también a
través de la misma estructura de la carne.
Esta acción vibratoria de la Llama de la Resurrección
es controlada por aquellos Hermanos y Hermanas que viven
dentro del Templo de la Resurrección y dirigen esa Llama a
través de los cuerpos físico, mental, etérico y emocional de
los neófitos en respuesta a sus invocaciones individuales,
debido a Su tremendo Poder para ser liberado a través de
ellos y otros a su llamada.
El Templo de la Resurrección es de diseño circular.
Los Patios, como grandes corredores cilíndricos rodean el
Salón Central de la Llama donde se encuentra focalizado el
Corazón del Fuego Sagrado de la Resurrección.
El grado de Maestría y Luz logrado por cada Hermano
y Hermana que pertenecen a este Templo determina a qué
distancia ellos pueden acercarse al Santuario Central, el
Santo de los Santos, debido a que el Poder de esta Llama es
tal que solamente Seres Ascendidos pueden pararse ante Su
Presencia. Sin embargo, muchos chelas ocupan las Cámaras
externas, y gradualmente, a través de la proximidad y a través
de la aplicación individual, se preparan para acercarse
más y más al Corazón Central donde la Llama mora y se
encuentra focalizada.
La Llama de la Resurrección fue inicialmente atraída
dentro de la atmósfera del Planeta Tierra por el Gran Krishna,
quien, al ver las sombras del pensamiento y sentimiento
humano tomando forma en la conciencia del hombre, supo
que el fruto de esa semilla sería la enfermedad, también la
desintegración y la descomposición, y supo adicionalmente
que habría que suministrar algún medio de restauración a
estos Hijos de Dios caídos quienes tendrían que ser provistos
para que en el caso de que deseasen regresar a su Estado
Divino natural, ellos pudieran hacerlo.
Cuando un gran Ser solicita del Corazón de la Creación
el privilegio y el honor de representar alguna Cualidad
Divina con Su Vida Inteligente individual, El tiene que
tomar un voto de quedarse como la Presencia Guardiana
de esa Llama, renunciando a Su Liberación y a la Libertad
del gozo de los Reinos Superiores hasta que algún Espíritu
Voluntario de la raza a la que El sirve escoja relevarlo de Su
Deber y se convierta en esa Presencia Guardiana en su lugar
y sitio. Así que, los grandes Seres no solicitan a la ligera el
exilio voluntario de la Paz de la Gloria Celestial para guardar
y sostener un Foco de Luz y una necesidad, especialmente
cuando es por siglos incontables de tiempo; ningún aspirante
de la raza solicita cabalmente la radiación benéfica de esa
Gran Llama, y muestra un interés pasajero en Su Presencia
y el Regalo que trae para liberar la Vida.
Sin embargo, a través de los siglos, los Grandes Maha
Chohanes de cada Era han dispuesto del tremendo poder de
la Llama de la Resurrección para traer al Reino de la Naturaleza
a la nueva Vida en cada Estación de Primavera, y los
Constructores de la Forma han utilizado los poderes de la
Llama de la Resurrección en la creación de nuevos templos
o cuerpos para las almas en evolución de la humanidad.
En raras instancias, aquellos quienes han renunciado a
la herencia de la muerte y la descomposición como el estado
natural de la humanidad, fueron atraídos a la cercanía del
Templo de la Resurrección y fueron enseñados cómo atraer
esa Llama a través de sus cuerpos internos y su estructura
carnal también, y estos Elegidos se convirtieron en los Hermanos
y las Hermanas de la Resurrección.
Muchos de estos Devotos salieron y establecieron
Focos de la Llama de la Resurrección en lugares remotos e
inaccesibles. Los pocos buscadores de la raza con suficientes
deseos por la Redención en sus corazones fueron atraídos a
estos lugares santificados y, cuando perseveraron en el uso
de esta Llama, encontraron que sus cuerpos eran restaurados,
sus mentes iluminadas, y sus conciencias preparadas para
ser Portadores de la Luz de ellos mismos. Estas personas
fueron capaces de mantener la Vida en el cuerpo físico por
siglos, y los récords de sus logros se encuentran en muchos
de los archivos de las grandes Civilizaciones del pasado.
El Amado Maestro Jesús y Su Madre, María, solicitaron
del Gran Padre de la Luz el privilegio y la oportunidad
de relevar el anterior Espíritu Guardián de la Llama de la
Resurrección, ofreciendo tomar Su lugar y quedarse como
Su Guardián hasta que algunos otros Hijos e Hijas de la
Tierra pudiesen encontrar dentro de la Luz de sus propios
corazones el asumir este maravilloso servicio.
A fin de ser investido con el Poder y la Autoridad
de guardar una Llama Cósmica, la Presencia de la cual es
esencial para la redención y liberación de una evolución, el
Ser Espiritual que hace la solicitud debe atraer esa Llama
en Su plenitud a través de Sus propios Cuerpos. El Maestro
Jesús ofreció prestar este servicio al cierre de Su Misión en
Judea.
Con la ayuda del Maha Chohan anterior, el Amado
Santo Aeolus, cuyo Servicio Cósmico e ímpetu están edificados
dentro del Pleno Poder de la Llama de la Resurrección
a través de los Reinos de la Naturaleza, Jesús fue capaz de
demostrar el Poder dentro de esa Llama, restaurar la vida del
cuerpo y el espíritu hacia la inmortalidad. Luego fue investido
por la Ley Cósmica con el Poder y la Autoridad, junto con la
Amada María, Su Madre, para guardar y sostener la Llama
de la Resurrección desde dentro de este Templo hasta que
la autoridad del Jerarca fue transferida al Arcángel Gabriel.
Desde el Corazón del Templo donde el Fuego Blanco
de la Llama de la Resurrección pulsa como un gran Lirio
Blanco, los Angeles Devas y las Huestes de Querubines y
Serafines de la Resurrección están absorbiendo constantemente
Su Sustancia hacia dentro de Ellos Mismos, y luego
salen afuera bajo la dirección de los Maestros quienes están
encargados de la dirección de los Rayos de Luz.
Cada uno de los Corredores Circulares recibe de la
Radiación de la Llama, misericordiosamente reducida para
que Su Luz y Esencia puedan ser absorbidas y dirigidas por
los Seres quienes sirven dentro de esa esfera de actividad.
En cada Corredor un Maestro de Sabiduría instruye un grupo
de estudiantes quienes están ocupados en el servicio de
aprender cómo atraer esta Llama, para luego proyectarla hacia
un objetivo dado, manteniendo el rayo de su atención como
un canal y guía a lo largo del cual fluya la Luz a las iglesias,
santuarios, hospitales, hogares y corazones humanos.
Uno de los Corredores está dedicado completamente
a dirigir la Llama de la Resurrección hacia dentro del Reino
Etérico y a través de los cuerpos etéricos de aquellos quienes
la han pedido, a través de su propia Llama del Corazón, para
la purificación de sus propios “récords” etéricos. Los Hermanos
y las Hermanas que dirigen la Llama en Su Vibración
Etérica son sensibles instantáneamente a las llamadas de
los chelas conscientes para la disolución y la purificación de
los “récords” etéricos en las naciones, continentes, viejos
castillos y lugares donde grandes males e injusticias se han
cometido contra la Vida.
En otro Salón Circular, los Hermanos y las Hermanas
dirigen la Llama, con la asistencia del Maestro quien los guía
y la cooperación voluntaria de la Hueste Angélica, dentro
de los reinos astral y psíquico, prestando una tremenda
asistencia disolviendo las acumulaciones de la masa de la
discordia que se manifiesta como enfermedades de la mente
y del cuerpo.
Desde este Salón, también, son dirigidos los Rayos
en respuestas a las llamadas y oraciones por los llamados
muertos, y el poder purificador de estos Rayos hace mucho
para asistir a los espíritus atados a la tierra a elevarse hasta
las Octavas de Luz y entrar en los Salones de la Escuela de
esfuerzos Espirituales que les hará capaces de regresar en
cuerpos de mayor pureza y luz, y así adelantar más rápidamente
en el logro de su Plan Divino.
Desde otro de estos grandes Salones Circulares, los
Hermanos y las Hermanas dirigen la Llama a través del vasto
océano del Reino Emocional y a través de los Mundos del
Deseo de aquellos quienes desean elevarse sobre las pasiones
de los sentidos, sublimando la lujuria del ser externo y
reemplazándola con “el anhelo y la sed de rectitud”.
Aún desde otro Salón, los Directores de los Rayos de
Luz vierten la Llama dentro de la acción vibratoria de los
cuerpos mentales de la raza y a través de la tremenda acumulación
de los pensamientos formas que llenan la atmósfera,
los cuales ellos mismos golpean a los cuerpos mentales de
la gente, bloqueándoles así las direcciones Divinas del Ser
Superior Individual.
En la parte externa del Patio del Templo se encuentran
los Hermanos y Hermanas quienes dirigen la Llama a través
de la estructura física de aquellos quienes desean cuerpos que
absolutamente no recuerden enfermedad. Desde este Patio,
también, las Devas de la Naturaleza y los Constructores de
la Forma Elemental, bajo la dirección del Maha Chohan, supervisan
la dirección de las corrientes rítmicas de la Llama
de la Resurrección que fijan las estaciones de crecimiento
y cosecha.
A medida que la Gran Hermandad Blanca participa
libremente de los Regalos y las Bendiciones del Templo de
la Resurrección, así como también comparta en su distribución,
a medida que la humanidad de la Tierra sea invitada a
convertirse en Huéspedes de los Amados Maestros quienes
guardan y sostienen la Llama, hay una tremenda oportunidad
para aquellos quienes se aprovechan de los Poderes
de Restauración de la Llama mediante la apertura de sus
cuerpos internos, así como también sus cuerpos físicos, al
Poder Transmutador, Acelerador, Elevador, el cual es provisto
por el Dios del Amor para aquellos quienes escogen aceptar
Sus Bendiciones e incorporar Su Poder dentro de sus vidas
y mundos individuales.
Como todos los talentos y virtudes, se puede invertir
el uso del Poder de la Resurrección, El Hombre lo usa muchas
veces en recordar memorias de naturaleza desagradable, y
experiencias pasadas de hace mucho tiempo que deberían
estar completamente perdonadas y olvidadas, causando así
disgustos a sí mismo y a otros. En el Templo de la Resurrección,
al hombre se le enseña a usar el Poder de la Resurrección
solamente para traer a la vida el Plan Divino para él mismo
y para aquellos que él tiene el privilegio de influir.
Entren al Templo de la Resurrección por lo menos una
vez cada veinticuatro horas; báñense en Su Llama; practiquen
el uso del Poder de la Resurrección que está dentro de
su propia vida para restaurarles a la perfección del Ser que
conocieron con el Padre antes que el mundo fuera. Esta es
la invitación de la Hueste Ascendida a toda la humanidad
durante esta Santa Estación de la Semana Santa. ACÉPTENLA.
ÚSENLA. . . Sientan el Poder de la Resurrección de
la Divinidad moverse a la acción, y luego permítanle fluir a
través de sus vehículos internos, su cuerpo físico, su aura, y
dentro del mundo que en el presente habitan. Así llegarán a
ser un Templo Viviente de la Resurrección dentro de ustedes
mismos.
El Templo de la Resurrección
Esta entrada fue publicada en Principal. Guarda el enlace permanente.