Amados chelas:
Vamos a volcar nuestra atención hacia el Poder dentro…ese Poder está
dentro de cada corriente de vida, no importa cuan ignorante, y debe ser descubierto y focalizado por la conciencia antes que pueda resultar la liberación real, permanente.
Hasta que el hombre pueda entender que es su propia Vida la que faculta
los poderes y hace vivir todo en su mundo y experiencia, dándoles realidad o
irrealidad, como el caso pueda ser, él no puede pasar desde los reinos de las sombras a los Reinos de la Verdad.
El Poder que está dentro de alguien puede iluminar la mente, curar las
condiciones de la carne y liberar a alguien de los conceptos, de la conciencia inferior. La humanidad ha preferido delegar poder a organismos externos, y mediante
su propia fe en esas exterioridades las ha animado con cierto efecto benéfico o
maligno sobre sus vidas. La tendencia de la humanidad de la Tierra es letárgica…es mucho más fácil deificar un agente externo que invocar los Poderes dentro
de la propia vida de alguien mediante la cual ciertas actividades deben ser
transmutadas, reorganizadas y perfeccionadas.
En este día y era, estamos esforzándonos de nuevo en motivar al chela a
examinar, resolver y de nuevo delegar el Poder de la Deidad a la Esencia de su
propia Vida que él está dando a las exterioridades. Esto es mucho más difícil de lo
que parece en el aspecto superficial…por ejemplo ustedes han usado la afirmación
“Yo retiro todo poder que yo haya dado a personas, lugares, condiciones o cosas,”
pero cuando no siguen esa convicción dentro de sus sentimientos, es una mera
declaración del mundo mental.
Si un hombre diera el Poder a su propia Vida que él tiene para las formas
externas para curar, él encontraría que el tremendo alivio de las corrientes curativas yace dentro de la Vida misma que pasa a través de él.
Ponderen lo antedicho y pidan a la Amada Diosa de la Verdad, Pallas Ate-
nea, emitir el Rayo de Su Luz sobre ésto y ver si ustedes no pueden entrar a un
nuevo entendimiento de los Poderes y capacidades DENTRO de su propia vida.
Amor y Bendiciones,
El Maha Chohan