Silenciemos nuestros habitos y tendencias humanas para que solo nuestra Luz se vea.
En mi propia experiencia, tuve que estar conscientemente en guardia durante toda Mi vida terrenal para no aceptar, a través de los sentidos, las sobrecogedoras apariencias humanas que Me rodeaban. Se requirió de un tremendo esfuerzo no aceptar estas apariencias como reales. Partiendo de Mi propia experiencia, acuñé la siguiente afirmación: »No juzguéis según las apariencias».
Mi madre, la amada María, Mi padre, el amado José (ahora Saint Germain), Mi gurú, el Señor Maitreya y la Hueste Angélica me dieron una tremenda asistencia para mantener Mis vehículos internos, como también mi cuerpo físico, libre de la conciencia masiva de la era. De haber permitido que Mi conciencia o Mis vehículos se ataran a las apariencias de zozobra e imperfección a Mi alrededor, la actividad vibratoria de todos Mis vehículos hubiera sido reducida, y la densidad resultante de esos vehículos hubiera «apagado» el flujo de la vitalidad espiritual requerida para logra una Ascensión pública.
Ustedes, todos y cada uno, escogen cada hora y cada día el tipo de energía que permiten entrar a sus mentes, pensamientos, sentimientos y acciones. Ustedes, todos y cada uno, están ya sea ascendiendo o descendiendo, de acuerdo a aquello sobre lo que permitan que su atención descanse. En sus horas finales, su Ascensión será determinada por la actividad vibratoria de sus vehículos internos, así como también la de su cuerpo de carne. Una cosa sí puedo decirles: Su Ascensión no se manifestará como resultado de un momento de gracia, sino de TODA UNA VIDA de vigilancia, auto-control, auto-maestría, aspiración y servicio a Dios.