El Amado Gautama nos relata sobre…
El viaje en Conciencia Proyectada
Ahora, este proceso por el cual realice esos varios viajes era en “conciencia proyectada”. Mi forma física estuvo sentada bajo un árbol en el bosque, por supuesto que bastante dañada por la carencia de una rítmica ingesta de alimento y bebida, así como también por la necesidad de ejercicio, porque recuerden que Mi búsqueda de la suprema verdad duro siete largos años, y Mi cuerpo físico se quedo en el bosque todo ese tiempo. Sin embargo, ese cuerpo fue sostenido, en parte al menos, por dadivas de comida y bebida de los viajeros que pasaban, quienes lo veían allí sentado. Cuando las energías vitales de Mi cuerpo estaban muy bajas, aquellos seres divinos, quienes Me estaban asistiendo, Me hacían retornar a ese cuerpo y tomar la comida y la bebida que Me habían sido provistas. De ese modo, Yo podía resucitar ese cuerpo lo suficiente para así poder viajar aun más lejos en “conciencia proyectada”.
La Determinación
Nunca, nunca, nunca podría olvidar Mis sentimientos de regocijo al ver la belleza y perfección de aquellas Siete Esferas. Para triunfar en tamaño emprendimiento al que Me había comprometido, uno debe estar completamente aguzado en conciencia, invenciblemente determinado a aceptar o no detenerse ante nada menos que la obtención del logro supremo de uno, no importa cuan magnificas o atractivas puedan ser las otras distracciones a su conciencia. En esta conexión, déjenme decirles que solo ser capaz de presenciar la perfección en cualquiera de las Siete Esferas, seria suficiente para distraer la propia atención y determinación para progresar mas adelante.
Como ya les he dicho, cuando comenzaba Mi búsqueda de la verdad y dirigía Mi conciencia hacia los ámbitos divinos, primero tuve que pasar, a salvo, a través del plano astral o psíquico que rodea la Tierra, de ¡por lo menos diez mil pies alrededor de ella!
La Séptima Esfera
Luego, cuando ya comenzaba a introducirme en los ámbitos Divinos, ingrese primero a la Séptima Esfera. Como les ha sido explicado, cada corriente de vida vino originalmente desde el corazón de la Deidad y por elección auto conciente decide emprender el transito a través de aquellas Siete Esferas de la divinidad. Entonces, habiendo pasado inicialmente a través de la primera esfera y siguiendo hasta la séptima, cuando uno regresa a la “Casa del Padre” debe, forzosamente, proceder a través de la séptima esfera en primer lugar como si estas hubiesen cambiado de orden con la “salida” de uno desde la Deidad. ¿Pueden verlo?
Amados míos, la belleza y la perfección de aquellos magníficos templos del Fuego Violeta, los Ángeles y los majestuosos ceremoniales de la Séptima Esfera pueden, fácilmente, retener la atención del alma aspirante mas diligente, particularmente porque este es el primer contacto con la perfección de las Siete _Esferas Divinas que uno contacta en tal viaje ascendente.
La Sexta Esfera
Actividades de Ministracion y Paz. Aquí tuve una gran prueba. Como mi corazón era el de un misionero, y Mi deseo esta en asistir a la gente, en esta esfera ví a los grandes Ángeles y a las actividades de ministración en acción, liberando los poderosos rayos de curación, bendiciones y asistencia de toda descripción a cualquiera que en la Tierra necesitara tal ayuda. Aquí debo confesar que pensé: “Si, este es mi lugar”, sin embargo, algo dentro de mi continuaba diciendo: “¡Sigue, sigue y sigue hacia el Corazón de la Verdad!”.
La Quinta Esfera
Aquí donde mora la Llama de la Verdad de Dios pensé: “Aquí esta la Verdad que Yo deseo y esta es la Verdad en la cual viviré”. Yo debería aprender todo lo que esta aquí y llevarlo de vuelta a los hombres. De nuevo algo dentro de Mi corazón me urgía a continuar e ingrese en la Cuarta Esfera.
La Cuarta Esfera
La Pureza de Dios, Yo fui testigo de los magníficos Seres Cósmicos, Maestros Ascendidos, Serafines, Querubines y Ángeles de la Pureza en acción, y semejante mientras tal perfección se manifestaba justo delante de Mi, experimente de nuevo Mi convicción personal de que Esa esfera debía ser la ultima. De todas maneras, estaba seguro desde adentro de que esta no lo era. “La Voz Interna” continuaba pidiéndome seguir adelante.
La Tercera Esfera
Luego en este viaje ascendente, mientras ingrese en la Tercera Esfera, encontré que esta era la del más poderoso Amor Divino, ese Amor Divino que es, por supuesto, la verdadera naturaleza de la misma Deidad, así como también de Mi mismo, y de toda corriente de vida que Dios haya creado. Ese Amor Divino que todos éramos, conocimos y tuvimos con el Padre “antes de que el mundo fuera”. En este lugar pensé: “Ahora, verdaderamente el Amor Divino es lo ultimo”. Pero aquí, de nuevo, algo interno Me decía: “¡Avanza!”
La Segunda Esfera
Aquí donde los Maestros Ascendidos, instructores y educadores trabajan, y, aquí de nuevo, debo confesar, realice una pausa brevemente. Verán, enseñar ha sido Mi profesión. Visite allí los Templos y escuche bien a los Grandes Seres, quienes estaban preparando la instrucción y la diversa asistencia para las religiones aceptadas y servidas por las distintas personas de la Tierra. Aquí pensé: “Tal vez este es Mi lugar y al fin lo he encontrado”. Sin embargo, algo interno Me seguía diciendo: “¡No, prosigue aun!”.
La Primera Esfera
Luego, después de haber pasado a través del ámbito de los instructores, finalmente ingrese en la Primera Esfera. La Esfera de la IDEACION, en donde la Llama Azul y el Rayo del Poder son creados y liberados. Aquí, en la tremenda velocidad y poder de actividad que toma lugar constantemente, mientras entraba en esta conciencia acelerada, primero pensé que había “sobrepasado Mi meta” y sentí que probablemente debí quedarme en la Tercera Esfera del Amor Divino. Dentro de esta Primera Esfera, no era muy fácil sostener Mi conciencia firma en ese acelerado movimiento de energía. Allí el Poderoso Hércules y Amazonas (Elohim del Primer Rayo y su Divino Complemento) y otros quienes sirven en este Rayo, estaban acelerándose de un lado a otro en un servicio tan rápido, que era difícil para Mi saber que estaban haciendo en ese momento. No obstante La Luz interna Me dijo:
“Continua avanzando a través de esta Esfera, ¡TU ENCONTRARAS LA VERDAD!”
Así, incorporando toda Mi fortaleza espiritual, con la mayor dignidad que pude, ante la presencia del resplandeciente fuego de los Amados Hércules y Amazonas, el Arcángel Miguel y el Poderoso Morya, Yo fui adelante.
La Presencia de Dios
Finalmente, como les dije antes, ingrese ante La Celestial Presencia de nuestro Dios Padre-Madre. Cuan brillante era Su Luz, cuan amorosos Sus Corazones, cuan Magnificente su Paz y Poder que no pude sino postrarme delante de Ellos. Entonces, en esa tremenda y amorosa cortesía que les es propia, solicitaron que Me pusiera de pie, dándome sus bendiciones personales, así como también la bendición de Aquellos de toda la Esfera. Me otorgaron total libertad para disfrutar de las maravillas de la perfección que se experimentan allí. En el corazón de la Deidad disfrute del sentimiento de unidad con Mi creador, así como un día lo harán ustedes cuando hayan terminado su camino y, en la Victoria de su Ascensión, volverse uno para siempre con su propia Presencia Electrónica Yo Soy. No obstante, en su caso, habrán llegado permanentemente a su eterno hogar, “para no irse mas”.
La Renuncia final
Ustedes saben, amados míos, que cuando finalmente decidí dejar a esos Gloriosos Dioses Padres, para traer de vuelta a los hombres las Verdades que allí encontré, esa renuncia fue mucho mas dura de realizar que la de dejar a la corte de Mi padre físico, porque había llegado a Mi meta: el corazón de la Verdad, el cual estuve buscando tanto tiempo. ¡Allí, con mis magníficos Dioses Padres, estuve viviendo en el corazón del amor y de la paz con Mis divinos creadores, quienes, en el mismo principio de Mi individualización como ser auto conciente, habían creado Mi espíritu, no Mi carne!